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A día de hoy, si queremos comprar una camiseta de nuestro héroe favorito de Marvel, ver su nueva aventura cinematográfica o serie de televisión y aprovisionarnos de nuestra compra de cómics habitual de la Casa de las Ideas, debemos reconocer que se trata de una tarea realmente sencilla. Sin embargo, podría no haber sido así, si cierto número de hechos no hubieran tenido lugar.

Todo empezó en julio de 1961, época en la que Stan Lee estaba a punto de abandonar la editorial Timely (que era el nombre que recibía Marvel en aquella época), cuando Martin Goodman, su director editorial, llegó con una propuesta peculiar:

Estaba claro que no se trataba de un género novedoso, ya que National (nombre de DC por aquel entonces) llevaba años cultivándolo con éxito. Sin embargo, Stan Lee quería escapar del tópico de los seres superpoderosos, con una vida perfecta y capaces de vencer a cualquier villano casi sin despeinarse. En sus propias palabras:

Así, siempre apoyado por su mujer, Stan Lee hizo que viera la luz ‘The Fantastic Four‘ nº 1, cómic protagonizado por cuatro personajes que, tras un accidentado viaje espacial, adquirían poderes más allá de lo comprensible, tales como la elasticidad, la invisibilidad, la capacidad de manipular el fuego o la fuerza sobrehumana.

La verdad es que no se trataba de una premisa original, ya que, en 1957, Jack Kirby había creado un grupo bastante parecido para National, conocido como ‘Investigadores de lo Desconocido‘ y, en 1960, se estrenó en cines ‘The Lost World‘, película protagonizada por cuatro amigos aventureros, cuya trama se parecía bastante al guion del cómic escrito por Stan Lee.

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